Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar

Autora: Ame Soler
Género: feminista
Editorial: Bruguera
Páginas: 128 páginas
ISBN: 8402421679
Precio: 16.90€

CALIFCIACIÓN: 4,5/5🌟

¡¡MIL GRACIAS A LA EDITORIAL POR EL ENVÍO DEL EJEMPLAR!!

El manifiesto feminista autobiográfico de Tres Voltes Rebel, una de las jóvenes promesas la ilustración en nuestro país, que nos empodera y recuerda que nada podrá con nosotras. «Nunca he encajado en los esquemas que la sociedad ha construido para ser una chica perfecta. Desde pequeña me despeinaba de manera asombrosamente fácil. Recuerdo un día que había jugado, corrido, saltado... Y un profesor me dijo: Péinate, pareces una bruja. Estos años me prepararon para la adolescencia más insegura y dependiente que puedas imaginar. Un sufrimiento que parecía no terminar. Hasta que descubrí el feminismo y pude dar nombre y forma a todo aquello que me oprimió. Hasta que me uní a un grupo de luchadoras que volamos a contracorriente». Sincero, poético y desgarrador, un relato en el que Tres Voltes Rebel nos da su propia visión del feminismo.

Lectura excepcional para centrarse.

Yo lo leí el 8 de marzo (siento la espera para la reseña), y la verdad es que no me esperaba lo que me encontré. Esperaba que fuese un libro más bien bonito en cuanto a ilustraciones pero que no tuviese mucha carga de texto o que al menos éste no fuese muy importante en el libro.

En este libro la autora nos va a contar su vida, básicamente. Nos va a contar cómo desde siempre le han inculcado que su cuerpo no era el correcto, que debía adelgazar, que debía dejar de comer si fuese necesario para poder entrar en los cánones de belleza establecidos por la sociedad para gustarle a esta, aunque el precio a pagar fuese dejar de gustarse a sí misma.

Esto me lleva a pensar, ¿qué somos capaces de llegar a hacer por encajar socialmente? Yo, personalmente, he tenido alguna que otra vez complejos en cuanto a la forma de mi cuerpo. Tengo una constitución bastante delgada pero los muslos gordotes, como los de un bebé. Y han sido varias las veces que me he privado de comer por verme bien. Pero también he de decir que han sido más las veces en las que me he visto demasiado delgada. Afortunadamente no he tenido nunca ningún trastorno alimenticio (si lo tenéis o creéis que poder llegar a ello, PEDID AYUDA), pero sí es verdad que me gustan los cuerpos con curvas, y no las que dicta estrictamente la sociedad. Me gustan con carne, que no sea todo músculo y hueso. Y sobretodo, sanos. 

Creo que cada cual debería decidir qué prefiere, y asumirlo para sí mismos. Ahora mismo yo soy asidua del gimnasio y de comer medianamente bien, pero porque me siento mejor, tengo más ganas y no me canso tan fácilmente. También estoy viendo como mi cuerpo va definiéndose, y es algo que me gusta, y sé perfectamente que eso es fruto de la imagen que he de dar a la sociedad, ese afán de agradar.  

Los cánones son una mierda, pero nadie se salva de intentar cumplirlos o frustrarse en silencio al respecto. Pero la sociedad somos todos, ¿no? Y si todos estamos a disgusto, ¿Cuál es el problema? ¿Por qué no los cambiamos? Los que tienen dinero deciden por nosotros, al fin y al cabo, así es cómo funciona el mundo y, o nos adaptamos, o nos arrastran en la corriente. 

La autora nos cuenta cómo envuelta en esta falta de autoestima acaba conociendo a un chico que aunque a priori no le llamaba, como fue la primera persona que se interesaba en ella, decidió embarcarse en una relación. Esa sensación de creer que no mereces nada por cómo eres, y que de repente llegue una persona, que crees que no está a tu alcance, y te valore y se interese, una pasada, ¿eh?

Algo que debéis saber es que si no nos queremos a nosotros mismos, jamás vamos a tener una relación 100% sana, no vamos a disfrutar completamente del amor que otra persona pueda brindarnos ni vamos a poder a nadie plenamente. Es una ardua tarea, pero necesaria.

Nuestra protagonista y autora se va volviendo cada vez más dependiente porque necesita asegurar el amor de esta persona, no fallar para no volver a lo mismo, creía que estaba aceptando su cuerpo gracias a que otra persona lo hacía. Pero no vio el coste tan grande, se estaba perdiendo a sí misma.

De verdad que todo el mundo debe leer este libro porque es muy fácil inventarse un personaje y darle una historia, pero nunca va a ser tan real como alguien que se abre en canal y te cuenta de primera mano lo que ha vivido y cómo se ha sentido en cada momento. Y para que podamos evitarlo, debemos conocerlo.